Una semana antes de la finalísima de
Bailando por un sueño, reunimos a las cinco diosas que, junto al gran candidato, la Mole Moli, buscan coronarse: Virginia Gallardo, Vanina y Silvina Escudero, Sofía Zámolo y Paula Chaves. En una nota exclusiva, se animan a lanzar artillería pesada: los divismos, a quién votarían, los romances ficcionados y, uno a uno, los miembros del jurado...
PAULA CHAVESPaula, si tuvieras que enviar vos un sms para definir a la ganadora, ¿a quién votarías?–¿Si fuera por mí? A Vir (Gallardo), porque me parece una mina hiper sensible. Me cae muy bien y la veo más vulnerable ante los demás.
–Ganaste una gran popularidad y sumaste muchos fans... ¿Te ves ganadora?
–Uno nunca sabe hasta que no se enfrenta a un telefónico. Aunque no haya pasado aún, me doy cuenta de mi popularidad: se nota en la calle.
–¿No sentís más presión ahora que sos la favorita de Ideas del Sur?
–Todo el mundo te dice “Ay, sos la favorita”. Sin embargo tengo más sentencias que la Mole Moli, ¿entendés? No es así.
–¿Por qué deberías ganar?
–Por lo mismo que todas. Porque le pusimos todo el huevo del mundo, porque me re comprometí con el certamen.
–Y si para ganar dependieras del voto de la Alfano y tuvieras que entregar a tu papá, ¿lo harías?
–Ni siquiera. Ya no sé qué cuestión es la de ella contra mí. Si es show o qué... Ella tiene su personaje. No creo que haya que hacer algo para ganar. Pero si se lo quiere agarrar a mi papá, que se lo agarre.
–¿La dejarías finalmente?
–Y ya está. Hay que entregarle a Graciela Alfano. Hay que leer un libro, plantar un árbol y darlo a Grace. Es una de las cosas que hay que hacer en la vida. No le puedo prohibir eso a un padre.
–Pero se lo habías prohibido. Te habías puesto muy mal.
–Jamás. No fue por mi papá, ni nada. Me estaban dando una pésima devolución, iba a sentencia y... Yo no estaba enferma, loca, ni necesito un psicólogo o tengo Edipo con mi padre.
–Al contar con Peter de aliado, ¿no sentís que tenés más ayuda que el resto?
–Yo siempre me angustio, y él me apuntala. Me hace gestos en la sentencia: “respirá”, “cambiá la cara”, “dejá de morderte el labio”, “sonreí”. Eso me ayuda un montón.
–¿Es beneficio, como finalista, tener de novio a uno de los productores?
–No pincha ni corta. No es que es súper productor de ShowMatch e Ideas del Sur.
–Pero tu historia con Peter es parte de ShowMatch. ¿Cuál es el momento más incómodo que te hicieron vivir a su lado?
–Ay, cuando nos hicieron dar un beso bajo la lluvia.
–Fue medio patético, ¿no?
–Sinceramente me da vergüenza darle besos en un programa. “Abrí la boca, me decían”. No, loco, a mí se me retraen los labios de los nervios. Un beso seco y listo.
–¿Qué hay de los comentarios que te vinculan de manera personal a Tinelli?
–Nunca estuve con Tinelli y nunca estaría porque no me gusta como hombre. Lo veo más relacionado a la imagen de mi papá que a la imagen de un hombre para mí. La primera vez que lo dijeron me angustié y me largué a llorar.
–Incluso se lanzó que la relación con Peter era para tapar lo de Marcelo...
–No se puede ser tan rebuscado y pensar eso. El que no me conoce puede llegar a ponerlo en duda y a pensarlo. El que me conoce te va a decir: “Es imposible”.
–Bueno, considerando que de entrada esta relación fue pública, ¿no se imaginaron que todo iba a ser tan complicado?
–No. En verdad es mucho... Se nos fue de las manos.
SILVINA ESCUDERO
Ganaste en el 2009, ¿por qué merecerías reincidir?
–Porque soy de las pocas que siempre intentan llevar algo nuevo a las galas. Bailo para que la gente sienta piel de gallina cuando me ve. Igual, siento que por diferentes motivos todos merecemos estar en esta final...
–¿Incluso la Mole Moli, que no es un gran dotado del baile?
–Sí. Porque gana todos los telefónicos. Irte al voto con él, es irte del programa, es “chau, ni me presento”. Ojo, el año pasado Fort era el ganador del telefónico y al final le gané... Así que no me doy por vencida.
–¿Es éste el momento de mayor competencia?
–No, al contrario, estamos más relajados todos. Aunque antes, ¡mamita! Ahora la realidad ya justificó por qué podríamos ganar. Paula (Chaves), por ejemplo, mediante su llegada a la gente en los últimos meses, gracias a su relación con Peter.
–¿Creés en ese romance?
–Por supuesto. Empezó siendo mentira, pero se convirtió en algo real. Los conozco y quiero a los dos y doy fe de que están juntos. No creo que Pau haya utilizado su corazón para tener votos en el Bailando. Creo que todo fue de casualidad.
–Ok, entendido. Sigamos con tu análisis...
–Sofía Zámolo es una chica con un cuerpo divino, re linda y baila muy bien, sobre todo siendo modelo. Vani (Escudero), mi hermana, se merece ganar también. Lo que ella hace en una pista es para sacarse el sombrero.
–Pero Vanina es el reemplazo de Luciana Salazar. Si ganara, ¿de quién sería el mérito?
–De mi hermana, obvioooooo. Ella consiguió llegar a este lugar, no Luciana. Te soy sincera: sueño más con que Vani gane que con conseguirlo yo por segunda vez. Me encantaría. Se lo merece.
–¿Quizá sólo le faltó un poquito de show en sus participaciones?
–Es que no le interesa. Ni siquiera habla de su vida privada. Prefiere que la quiera una sola persona por cómo es realmente, que un pueblo entero siendo una falsa. ¡Amo a mi hermana! (grita, parodiándose a sí misma)
–¿Y con quién tenés menos feeling?
–Con Virginia (Gallardo) no nos hicimos amigas como con el resto. No salimos juntas cuando estamos fuera del programa, por ejemplo.
–¿Quién te dolería menos que se fuera?
–La Mole. Con él no tengo tanta relación como con las chicas. Además, es hombre y mucho más grande que nosotras (risas).
–¿El duelo tuyo con Matías Alé, por la separación, ya está hecho?
–Hace muchos meses.
–¿Y Nico Riera es el hombre que te hace feliz hoy?
–Mirá, estoy muy bien. Mi corazón está contento. Ahora me voy de temporada a Carlos Paz y voy a extrañar mucho. No digo más.... Ya aprendí que hasta que no tenga planes de casamiento no voy a decir con quién estoy. Y lo voy a mantener. Yo por amor doy todo.
–¿Incluso el título de campeona de Bailando o una marquesina en la calle Corrientes?
–¡Sí! Renunciaría a todo el oro profesional por conocer a un hombre capaz de jugarse por mí, un marido para compartir la vida, hijos y animales... Para mí la vida pasa por ahí.
VANINA ESCUDERO
¿Por qué pensás que merecés ganar?
–¡Porque nunca me regalaron un punto! Ser bailarina perjudica. Creo que con nadie tuvieron la exigencia que hubo conmigo. No me perdonaron nada. Y tampoco hago un personaje en el piso: ni el de querer levantármelo a Marcelo, ni me hago la enamorada de nadie, ¡nada de nada! Voy y soy yo al cien por cien.
–Vos no hacés personajes. ¿Cómo te caen las imitaciones de Sofía Zámolo? ¿Te molesta que haya subido su perfil gracias a sus bromas sobre vos y Silvina?
–La verdad, no. Me causó gracia. Aparte, Sofía es divina, buena onda. Y me las hace igual, así que me la tengo que bancar.
–Flavio Mendoza dijo que era el “último artista que se va del Bailando”. ¿Cómo te cayó esa declaración?
–A Flavio lo creía más inteligente de lo que es. Cayó en la bolsa de los resentidos que se van y empiezan a decir cosas feas de los demás. Hubo participantes que tuvieron privilegios como nadie. Con un millón de dólares cualquiera es creativo... ¿no? Nosotros teníamos que ser creativos con na-da (remarca). ¡Eso es ser artista!
–¿Sentís que vos la remaste más?
–Sí, pero tiene que ver con mi manera de ser. En mi gala de la danza árabe, por ejemplo, si hubiese podido entrar al piso con un elefante y un séquito, habría brillado más. Pero no me gustan los privilegios.
–¿Te molesta que mucha gente vote más por el romance de Peter y Paula, que por lo que pasa en la pista de baile?
–El certamen tiene mucho de reality. La gente es libre de elegir lo que quiera. La Mole claramente no es un bailarín ni está cerca de serlo, pero si yo creyera que es injusto que esté en la final, me estaría equivocando de programa.
–¿Te cuesta entender la popularidad de La Mole?
–No sé. El fue muy duro en varias ocasiones con muchas concursantes. Sin embargo, la gente lo sigue queriendo y eso no se puede negar. Creo que va a ser el ganador del Bailando, es el imbatible del teléfono.
–¿Aunque no sepa bailar como otros?
–¡Iliana Calabró ganó Cantando por un sueño sin afinar! Mi público es el que cree en el trabajo de hormiga, en el esfuerzo a costa del trabajo, sin mentiras...
–¿Te arrepentís de no haber tenido un perfil más alto?
–No, yo voy al programa a hacer lo que me gusta. Como repite al aire Sofía (Zámolo) cargándome, sí, yo “amo bailar”. Y para mí lo demás está de más.
–¿Cómo es la competencia con tu hermana, Silvina?
–No la hay. Es más, si ella ganara, sería completamente justo. Además, tiene un estado actoral maravilloso.
–¿Vos te ves con chances de ganar?
–No voy a bajar los brazos hasta el último momento. Hay personajes muy mediáticos, sé que está difícil, pero no soy de las que se sienten vencidas.
–Ultimas dos: mucha gente piensa que los votos están arreglados...
–(Interrumpe) Si pensara eso, yo no estaría acá.
–Las peleas y los romances, ¿son ciertos?
–Hay un fondo de verdad en todo, pero ahí sí hay mucho potenciado para la cámara. Muuuuchas cosas no son como se ven. ¿Qué cosas? ¡Olvidate que te lo diga! Y menos acá, porque me matan...
VIRGINIA GALLARDO
¿Cuánto le debés a Ricardo Fort participar en esta competencia?
–A ver... Bailo desde muy chica, pero soy consciente de que la chance de estar acá como figura se la debo a Ricardo, por haber sido su pareja. En ese sentido le soy una agradecida. Después, más allá del talento que demuestro al bailar, la gente pudo conocerme y quererme.
–Sin embargo, ¿creés que en tus votos, en la gente que te sigue, hay mucho anti-Fort?
–¡Pienso que sí! Hay muchos que no lo quieren y “hacen justicia” estando de mi lado (sonríe). Dicen que soy la candidata de los anti- Fort. Yo apuesto a lo que hago en la pista, el show previo no lo armo ni lo digito.
–Pero suma.
–Si suma, bienvenido, ja ja. En eso tengo todas a favor. Lo que nunca imaginé es que llegaría tan lejos en este programa. Soy muy nueva en el medio, bastante chica, vengo del Interior, y a veces no puedo creer que se haya ido gente con tanta trayectoria y que yo haya podido acceder a los tramos finales. Estoy muy feliz.
–¿Con quién te dolería más competir?
–Con la Mole, pero sólo porque va a ser mi compañero todo el verano (El Gran Show en Carlos Paz). Yo apuesto mucho a él, a que llegue a la final. ¡Lo amo!
–¿No sería injusto que ganara sin tener la línea de un bailarín?
–Para nada, porque hizo un gran esfuerzo. Demostró memoria para los pasos, mejoró sus movimientos e hizo previas maravillosas. Para mí, artistas somos todos.
–¿Te sentís la gran sorpresa del Bailando 2010?
–Escuché por ahí que la producción arregla quién se queda y quién se va... ¡Imaginate que si fuera así no estaría yo en la final! Arranqué sin ninguna pretensión, sin condiciones y nunca me moví de esa postura.
–¿Sufriste muchas injusticias?
–No lo llamaría así. Pero renegué con los peores horarios, los peores turnos a la hora de bailar, el camarín, los lugares de ensayo... ¡Pagué mi derecho de piso con todas las letras!
–¿Cuál fue tu peor momento?
–La pelea de Ricardo con mi novio (el jugador de voley profesional Guillermo García). Lo sufrí. Yo me hago cargo de mis problemas solita, pero si algo afecta a alguien de mi entorno, me sobrepasa.
–¿Por qué merecés ganar?
–Porque lloré mucho (ríe). No, no... no me quiero victimizar. Te digo: vine de Corrientes como soñadora en el 2007, ¿recuerdan?, y ahora soy la única con un sueño propio, porque lo traje yo al programa (quiere ayudar a una escuela especial del Chaco). Es decir que defiendo mi propia causa. Como artista también merezco este lugar porque me maté todo el año. Ojalá que la gente me acompañe una vez más.
–¿A quién votarías vos?
–¡A mí, obvio! ¡Esto es a todo o nada!
–Si ganás, ¿festejarías con un piquito con Ricardo
Fort? –¡Ni loca! Soy una mujer muy enamorada.
SOFIA ZAMOLO
¿Cuál fue para vos la mayor injusticia del Bailando?
–Cuando fuimos al teléfono con Jésica Cirio. No era merecido, ese día no estábamos para eso. Era el merengue, y bailamos re bien.
–¿El jurado tiene favoritismos?
–Y... Siempre hay quienes se inclinan por alguno porque les gusta más. Pero a todas en algún momento nos han puesto en un pedestal y en otro nos han matado con puntajes injustos.
–¿Por qué creés que el jurado no se metió tanto con vos?
–Porque saben que me manejo con respeto y perfil bajo, y supongo que no tendrán por dónde atacarme.
–¿Sentís que la Mole es el favorito?
–No se sabe, pero está claro que la Mole, además de tener carisma, se ganó el cariño de la gente...
–¿Y vos qué tenés a favor para ganar?
–A mí me encantaría cumplir el sueño por los chicos collas de Salta, y a la vez cumplir el sueño de quedarme con un Bailando. Yo no soy bailarina y tuve que aprender a bailar. Me vengo rompiendo el lomo. Y eso que estuve en el 2008. Pasa que ahí, creo, no sabía moverme. Hoy veo las coreos y me río de mí misma. ¡Qué papelón! ¿Cómo llegué a estar entre las diez mejores?
–¿Cómo ves el pulso de la calle para que te vote como ganadora?
–Siento el cariño de la gente. Muchísimo. Más después de ganar dos pulseadas telefónicas a dos personas tan mediáticas como Jésica y Emilia.
–Si tuvieras que decidir quién es el triunfador, ¿a quién le darías tu voto?
–Todas nos hicimos amigotas y nos llevamos muy bien, pero si tengo que catalogar por esfuerzo, la verdad elegiría a Pau, porque no es bailarina y le viene poniendo toda la garra. Las dos nos esforzamos para aprender, el empeine, la terminación de los brazos, la línea.
–Sos muy amiga de Paula. ¿Cuál es el momento más complicado que vivió hasta ahora?
–Pau es una persona muy sensible. Creo que una de las injusticias fue cuando trataron el tema del papá y la mandaron a terapia. Me pareció un poco fuerte. Y lo que pasó el otro día con Graciela, que habló de la supuesta relación de Peter con una bailarina (Yiyo), también resultó un momento feo para las tres personas involucradas.
–¿Graciela sólo piensa en su show?
–Graciela siempre tiene un personaje que da que hablar. Fijate que en el Bailando el personaje del año fue ella. Con sus actuaciones, con sus supuestas brujerías, escuchando música mientras daba calificaciones el resto del jurado, lo del casco... Sólo le faltaba sacar de la cartera la lámpara de Aladino. Graciela siempre me pareció muy cómica.
–Bueno, vos también le pusiste humor a estas últimas galas con tus imitaciones...
–Ay, sí, qué bueno que les divirtió. “Yo amo aprender. Amo a mi hermana”, Vanina es lo más. Pero mi imitación de Pau también es genial. No son tan fáciles, pero me salen naturales. Soy observadora, y jorobando con mi coach y con mi soñador, un día empecé a imitarlas. Y ahora quedó.
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