Pau y Peter - Revista Paparazzi (Edición del 10 de Diciembre)

Paula Chaves / Peter Alfonso

“Nadie va a lastimar este amor”

La historia del noviazgo entre la modelo y el productor estrella de ShowMatch sumó un nuevo capítulo: la aparición de Gisela Soto, una ex novia de Peter, bailarina del ciclo de Marcelo Tinelli. ¿Cuál es la verdad en el romance más resonante de 2010?

Son o se hacen? Esta es la pregunta que mantiene en vilo a buena parte de los millones y millones de espectadores que noche tras noche se prenden al televisor para seguir las alternativas de ShowMatch, el exitoso ciclo conducido por Marcelo Tinelli. Dos meses atrás, cuando Paparazzi se animó a poner en portada la historia de ¿amor? entre Paula Chaves (26) y Peter Alfonso (31), pocos se imaginaban que la relación entre la modelo y el ignoto productor crecería y explotaría hasta transformarse en el culebrón de 2010. El incipiente romance que tuvo serenatas, piropos en cadena nacional, regalo de mascotas, mimos vía Twitter, un primer beso ante cámaras y declaraciones de compromiso y familia, cuenta ahora con un nuevo capítulo que parece haber salido de la inigualable pluma de Alberto Migré. Porque como ocurre en las mejores telenovelas, cuando todo parece estar bien… aparece “la otra”. Una parte del relato que Amalia Granata se había encargado de advertir días atrás, pero que ahora lleva rostro, nombre y apellido. Ella se llama Gisela Yiyo Soto (25), y es una de las últimas bailarinas en sumarse al staff de ShowMatch. Lo que era un secreto a voces en los pasillos de Ideas del Sur, Graciela Alfano –¡más mala que nunca!– se encargó de decírselo en la cara a Peter y Paula. Fue el lunes 6, luego de que Chaves bailara en ShowMatch. La Alfano estaba dando su devolución y tiró munición pesada al opinar que ella no cree en el romance con Peter, y mencionó a Yiyo –también conocida por Gigio– como la verdadera novia del productor. “Es cierto, fuimos novios el año pasado”, admitió el nuevo galán de la tele. Paula Chaves, muy incómoda, terminó la noche llorando. Y la pobre Yiyo, por su parte, corría detrás de los decorados de ShowMatch para evitar que las cámaras retrataran su vergüenza. He aquí el interrogante, entonces: ¿qué pasa entre –todos– ellos?

La… ¿verdad? Se les consultó a bailarinas, bailarines, famosos, famositos, coreógrafos, productores, camarógrafos, ¡hasta a la gente de la cafetería! En el universo ShowMatch aseguran que la relación entre Peter y Yiyo es un capítulo que se cerró hace mucho tiempo. Casi un año, agregan. Si bien es cierto que los chicos se siguen cruzando en los pasillos del imperio erigido por Marcelo Hugo, su vínculo es puramente profesional. En los últimos días, al verse involucrada como “la tercera en discordia” en la relación entre Paula y Peter, Yiyo cambió su estado de ánimo, y sus compañeros están preocupados porque ya no demuestra la simpatía que acostumbraba. Por caso, el martes 7 se pidió el día y no se la vio por Ideas. “Gisela es una chica de muy bajo perfil. Ella sabía que, a medida que Peter tuviera mayor protagonismo, su nombre y el recuerdo de su noviazgo iba a terminar apareciendo, pero le pareció muy violenta la manera en que la Alfano la involucró en la historia. Ahora está muy mal, muy triste, no quiere volver al programa”, cuenta uno de los confidentes de la morocha. Al miércoles 8, por la tarde, el equipo de producción de ShowMatch trataba de concretar el regreso de Yiyo, con la promesa de cuidarla de posibles polémicas, ¿volverá?

Súper Peter. Todos los caminos conducen a Paula. Hace dos meses, cuando el coqueteo con la modelo se hizo más intenso, el muchacho oriundo de José Mármol –partido de Almirante Brown– se decidió a ir con todo por su amor. Lo que pasó frente a cámaras lo vio todo el mundo: Tinelli promedia 30 puntos, son unos seis millones de argentinos por programa, según estimaciones. ¿Y qué pasa cuando se apagan las cámaras? En medio de periodistas y compañeros, Peter y Paula se comportan como amigos. Ella hace notas, él trabaja para Este es el show, y cada cual con su tema. Lo cierto es que sus agendas están cargadísimas de obligaciones y trabajos. En especial, la de Peter, que hasta agosto era un fulano más, y ahora cotiza en 8 mil pesos su presencia de 40 minutos en un boliche. Cuando coinciden, Peter y Paula no ocultan su romance. En Las Cañitas, el barrio donde él vive, y al que ella acaba de mudarse, aseguran que es común verlos juntos, caminando o paseando a Moro, el bulldog francés que Peter le regaló a Paula para su cumpleaños. En cada reunión de Ideas, festejo o cena, ante los ojos ajenos, se comportan como una pareja… Una pareja tímida, puede ser, pero sólo porque va por su mes y pico de noviazgo. En la intimidad, aseguran, está todo más que bien entre ellos.

De mudanza. Paula Chaves podrá ganar o no el Bailando, pero es una de las ganadoras de ShowMatch. ¿Cómo es esto? Por el certamen de Tinelli pasaron, con más pena que gloria, Luciana Salazar, Jesica Cirio, Lola Ponce, Sabrina Rojas ¡y hasta Victoria Vanucci! Nadie se imaginaba que la Chaves –con las credenciales de SuperM 2003 y algunos noviazgos famosos a cuestas– se convertiría en la favorita femenina para llegar a la final. Asesorada por los hermanos Paul y Willy García Navarro, de Multitalent, la agencia que la representa, Paula vive su mejor momento profesional. La madurez laboral se condice con el plano personal, ya que decidió dejar el hogar familiar en Olivos, para irse a vivir sola a Las Cañitas. La mudanza fue el sábado, bien temprano, y Peter, por supuesto, estuvo ayudando a su amada con los canastos y los muebles. El productor y la modelo ahora viven a pocas cuadras de distancia, aunque Peter pase más tiempo en la casa de ella que en la de él. “Es porque está más ordenada”, es el argumento que les repite a sus amigos. Cuentan que van a pasar las fiestas juntos, y que al regreso del verano van a comprometerse en una reunión familiar. “Con Peter estamos viviendo algo muy lindo, algo dulce e inocente, los que dudan de lo nuestro que digan lo que quieran… Nadie va a lastimar este amor”, se defiende la Chaves. La pregunta era ¿son o se hacen? Y ellos dicen que son, ¿por qué no creerles?