lunes, 1 de noviembre de 2010

Pau en la revista Gente (edición del 26 de Octubre)

PAULA CHAVES
“El hombre perfecto me aburre”


Paula crece. Ahora está en el centro de la pantalla: realidad o ficción, dicen que el reality de amor que juega con el productor Pedro Alfonso (Peter)... ¡es cierto! Mientras, entre romance y baile su popularidad se multiplica. “Tengo más de ciento treinta clubes de fans en Twitter”, jura.

La historia que sigue es mitad realidad, mitad ficción. O acaso ninguna de las dos cosas: como en la película The Truman Show, siempre hay una pantalla que está detrás de la pantalla, y otra súper pantalla que está detrás de las otras. Organicemos, pues, el juego. Personaje I: Paula Cháves (26), modelo de Multitalent Agency. Arrancó en los medios hace siete años, al ganar el reality Súper M. Hoy, en Bailando por un sueño, juega todas sus fichas en el tapete de otro reality. Género: historia de amor. Personaje II: Pedro Alfonso, Peter para todos, productor de Ideas del Sur y pareja de Paula en el reality en cuestión. Pregunta del imaginario popular: ¿escaparon del libreto y son pareja en la vida real?

Vamos directo a la fuente:

–¿Son pareja?
–Todos piensan que sí.

–¿Quiénes son “todos”?
–Bueno, no sé, la gente...

–¿Tienen razón?
–Tenemos muy buena onda, nos gustamos... ¡pero no vamos a casarnos el mes que viene!

–¿Entonces?
–No sé... El reality creó un histeriqueo, un cachondeo que nos pasó por encima. Nos estamos conociendo, y tampoco sabemos qué es real y qué es ficción.

–Convendría definirlo.
–¿La verdad? Tenemos una relación más allá de las cámaras. Pero sin título, ni rótulo, ni nada.

–¿Puesta a punto del caso?
–¿Lo concreto? Nos conocemos desde hace dos meses, pero no estamos saliendo.

–Pero Peter no le vino mal. Parece que las acciones de Paula Cháves cotizan muy bien en Bolsa.
–Es cierto. En Twitter tengo más de ciento treinta clubes de fans. ¡Me siguen ciento treinta y tres mil quinientas personas!

–¿Le encanta esa vidriera con luces de neón?
–Más o menos...

–¿O mucho más que menos?
–Lo malo es sentirme vulnerable: me asusta. Lo bueno es la popularidad. Muchos me esperan en la puerta de Ideas del Sur para pedirme autógrafos... ¡y tienen remeras con mi foto!

–¿Besos detrás de cámara? ¿Sí o no?
–No comment.

–Falta que diga “silenzio stampa”, como Basile... ¡Vamos, afloje!
–No contesto, por pudor. Que cada uno piense lo que quiera. Pero confieso que todo el día siento mariposas en el estómago.

–¡Bingo! Suele ser un síntoma clave.
–El tiempo lo dirá.

–Ese juego suena a histeriqueo, créame.
–Pero no soy histérica. Cumplo con los tiempos normales que necesito antes de concretar una relación.

–¿Siempre? ¿O a veces el reloj gira como ruleta?
–Siempre. Me criaron a la antigua, y me gusta escribir mis historias de amor sin saltear renglones. Me encanta la previa.

–¿Qué modelo de hombre busca?
–Romántico y guarro.

–¿Guarro? Mire que el diccionario define “guarro” como “hombre sucio, desaliñado, grosero, sin modales, ruin y despreciable”...
–Bueno, no tanto. A lo mejor usé una palabra exagerada. Pero el Romeo perfecto me aburre. Necesito algo de maldad. No me gusta que me abra la puerta todo el tiempo, ni que me mande flores y bombones sin parar. Lo quiero bien hombre, con pequeños detalles de caballero y mucho sentido del humor.

–¿Datos físicos esenciales?
–La sonrisa y las manos.

–De paso, y ya que estamos... ¿Tinelli podría ser ese hombre?
–Marcelo es buen mozo, atractivo, simpático, con gran personalidad, pero no es el tipo de hombre que me gusta. Lo veo más como a un padre, y a mí, no me gustan los hombres grandes.

–A propósito del tema, su padre, Miguel Cháves, en ShowMatch no le fue indiferente a Graciela Alfano, y usted se murió de celos. ¿Por qué?
–No pude controlarme. Los celos empezaron como una broma, sin embargo el jurado empezó a psicoanalizarme... y exploté. No tengo complejo de Edipo.

–Perdone que la corrija: en el caso hija-padre, se trata del complejo de Electra.
–Bueno... Pero no lo tengo... Soy celosa de mi papá, como cualquier hija, y es mentira que no quiero que él rehaga su vida con otra mujer. Quiero que sea feliz.

–Pero le saltó la térmica, Paula.
–Defendí a mi padre porque Graciela Alfano es una leona, la comehombres número uno del país, y no quiero que mi padre tenga nada con ella.

–No es fácil eludirla: es muy linda.
–Sí, una de las mujeres más lindas del país.

–Y su padre no es de madera.
–Cierto. Pero ella hace muy públicas sus relaciones, y no quiero imaginar a mi padre revolcándose en el barro o bañándose en chocolate con Graciela.

–¿Ni siquiera la imagina como una tierna madrastra?
–Mmm... Bueno, es una femme fatale, pero también buena madre, porque sus hijos parecen muy buena gente.

–¿Tiene algún conflicto con el jurado?
–No. Todos me divierten, y cada uno está perfecto en su papel. Es un show y se necesita que sean así. Si fingen, fingen bien.

–¿Usted finge?
–No, soy auténtica. Si no lo fuera, no lloraría cuando alguien del jurado se mete con mis sentimientos.

–Mire que las lágrimas también pueden fingirse...
–¡Las mías no!




(Clic en las imágenes para verlas en grande)

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